Lo que aprendí de mi propio proceso de transformación…y lo que nadie te cuenta.

Cuando comencé mi proceso de transformación personal, en marzo de 2012, no tenía idea en qué me estaba metiendo. Reconozco que algo dentro de mí pedía cambio, expansión, sentido, pero no imaginaba el camino que se venía.

Hoy, después de años de trabajo interno, de formación, de caer, llorar, sanar, avanzar y acompañar a otros en su proceso, puedo decirte esto: Transformarse no es cómodo, cuyo resultado es profundamente liberador.

Y en este artículo quiero contarte no solo lo que aprendí sino lo que nadie te cuenta cuando decides despertar, cuestionarte y liderar tu vida desde un lugar auténtico.

 

1. No es lineal…y eso está bien.

Olvídate del “antes y después” perfecto. No hay un momento mágico donde todo se acomoda.; en realidad, el proceso se asemeja a una espiral: A veces sientes que avanzas, en otras que retrocedes, cuando en realidad, estás yendo a lo profundo.

También aprendí que repetir patrones no significa que fracasaste, sino que estás teniendo una nueva oportunidad para sanarlos con plena conciencia.

 

2. Soltarás personas, lugares, creencias… y no es fácil.

Uno de los costos invisibles de transformarte es que dejas de encajar en ciertas dinámicas, círculos o vínculos.

Al principio te preguntas: “¿Qué me pasa? ¿Estoy cambiando demasiado? ¿Estoy equivocada/o?” La respuesta suele ser: Estás evolucionando.

De ahí se desprende que soltar no es rechazar; es honrar lo que fue y entender que, para florecer, hay raíces que ya no te sirven.

 

3. Tu ego va a patalear… y vas a querer huir.

La transformación incomoda al ego porque implica perder identidad: Dejar de ser quien creías que eras, para convertirte en quien realmente eres.

En mi camino, hubo momentos donde quise abandonar todo para volver a lo conocido, a lo cómodo y automático; de tal manera, aprendí que cuando eso sucede, estás justo frente al umbral de un nuevo nivel de conciencia.

 

4. Tendrás que mirarte sin máscaras…y sin anestesia.

Durante el proceso me enfrenté a partes mías que no quería ver; entre ellas, miedos, inseguridades, máscaras, formas de complacer, de controlar, de exigirme. La lista era gigante.

Hubo noches de llanto sin explicación. Momentos en los que sentí que me estaba desarmando…¡Y lo estaba! Así comprendí que, para poder transformarme, estaba llamado a romper la versión que construí de mí para sobrevivir.

¡Nadie me dijo que iba a doler tanto mirarme sin filtros! Así como tampoco que, después de eso, iba a sentir una paz tan honesta. La paz de ser yo, sin disfraz.

 

5. No te transforma lo que sabes, sino lo que integras.

Puedes leer mil libros, hacer todos los cursos, tener toda la teoría. La cosa es que, si no llevas eso al cuerpo, a la acción, al día a día, nada cambia realmente.

Yo aprendí a soltar la obsesión por “entender” todo y empecé a practicar el arte de sentir, habitar, elegir y sostener.

 

6. La transformación no te convierte en otra persona…te devuelve a ti.

Lo más profundo que aprendí es esto: La transformación no es cambiar quién eres. Es recordar quién fuiste antes de aprender a esconderte; en consecuencia, no eres una nueva versión; sí, una versión libre, fiel y despierta.

 

En resumen…

Más allá del dolor, transformarte te expande, conecta y libera.

Queda claro que no es un camino fácil. Lo hermoso es que sí vale cada paso. Solamente ahí, al regresar a ver, entiendes que todo, incluso lo más oscuro, fue parte del despertar. Así sucedió conmigo.

Si estás en tu propio proceso de transformación, quiero decirte esto:

No estás solo/a.
No estás roto/a.
Estás volviendo a casa.

Y si necesitas acompañamiento en ese proceso, aquí estoy. No para darte respuestas, sino para ayudarte a encontrarlas dentro de ti.

¿Resonaste con este artículo? Déjamelo saber en los comentarios o compártelo con alguien que esté en su propio proceso de despertar.  Juntos, seguimos creciendo.

Andrés Ramírez
Coordinador Alma Training - Módulos 3, 4, 5.

Comparte este post en tus redes:

4 comentarios en “Lo que aprendí de mi propio proceso de transformación…y lo que nadie te cuenta.”

  1. Guao que mejor explicación de nos regalas, me adhiero mucho a tu manera de expresar cuál es el resultado de una transformación y me quedo con esa frase muy sabia «La transformación no te convierte en otra persona…te devuelve a ti.»

  2. Hola mi querido Andy. Acabo de leer tu artículo y me encantó. Creo que tocaste puntos muy importantes, sobre todo la idea de que la vida no es lineal y que el cambio, la transformación o reinventarnos es algo bueno, siempre y cuando mantengamos nuestra esencia. Me parece hermoso cómo lo planteas, y siento que refleja mucho amor y conciencia en el proceso de crecimiento personal. Gracias por compartirlo con tanta libertad y generosidad; no todos se animan a hacerlo. De verdad, valoro mucho tu perspectiva y todo lo que nos aportas a los demás con esto✨🙌🏻🤍.

  3. Me encantaron las palabras de mi querido Andy, apoyo y comparto tu experiencia y me quedo con:

    «No estás solo/a.
    No estás roto/a.
    Estás volviendo a casa.»

Responder a Victor Vaca Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *