Las Distinciones: El arte de ver lo que antes no veías

Hay algo que transforma la forma de habitar el mundo de una manera silenciosa, poderosa y muchas veces irreversible: las distinciones.

Una distinción no es solo un concepto nuevo y tampoco se queda en una forma distinta de mirar; en realidad, es una apertura del lenguaje que permite observar, comprender y actuar donde antes no se sabía que había algo por ver.

En el mundo del coaching ontológico, las distinciones son herramientas claves y trascendentales; no porque sirvan para explicar teorías, sino porque permiten expandir la conciencia. En tal virtud, otorgan lenguaje para nombrar experiencias, emociones, decisiones, interpretaciones; en consecuencia, al tener lenguaje para algo, se puede intervenir en él.

¿Qué es una distinción?

Es una forma de interpretar el mundo que antes no estaba disponible. Como dice Julio Olalla, uno de los grandes maestros del coaching ontológico, “no hay aprendizaje sin distinción”, dado que no se puede transformar aquello que no se distingue.

Ver la diferencia entre “escuchar” y “oír” es una distinción.
Entender que “explicar” no es lo mismo que “justificar” es una distinción.
Reconocer que “liderar” no es igual que “mandar” de igual manera.

Vale decir que esas diferencias no se quedan en la semántica, sino que cambian la manera de vivir, de construir relaciones con otros, de tomar decisiones y crear posibilidades.

¿Qué muestran las distinciones?

Basta un ejemplo cotidiano para tal efecto: Imagina a alguien que vive bajo la creencia de que “ser vulnerable es ser débil”. En determinado momento, llega una conversación poderosa, un entrenamiento, una lectura, una experiencia de quiebre y esa persona accede a una distinción nueva: la vulnerabilidad es fuente de conexión y autenticidad.

Entonces, dicha distinción no sólo cambia una idea, sino que transforma todo en su cotidianidad; es decir, varía la forma en que se presenta en sus relaciones, las maneras de liderar, las palabras para pedir apoyo; y, en especial, altera la forma en que se ve a sí mismo.

Porque, como enseñan Echeverría y Maturana, “no vemos el mundo como es, sino como somos”.
Es así que la incorporación de distinciones lleva a la persona a elevar su nivel de consciencia.

¿Para qué sirven las distinciones?

Para intervenir la narrativa: Muchas veces, lo que limita al individuo no es la realidad, sino la forma en que la interpreta.

Para crear nuevas posibilidades de acción: Cada distinción abre una ruta que antes no existía.

Para liderar con poder: Un líder que distingue entre “responsabilidad” y “culpa”, entre “reconocimiento” y “aprobación”, entre “urgente” e “importante”, lidera desde un lugar lúcido y generativo.

¿Dónde se aplican las distinciones?

¡En todo! Comunicación, con la pareja, en la empresa, en liderazgo, en la emocionalidad; por lo tanto, el coaching ontológico no da soluciones prediseñadas, sino que entrega distinciones para que el ser humano crea distintos resultados en relación a los que venía teniendo.

En Alma Training, el entrenamiento estrella en Mêtha Ecuador, cada módulo es una travesía de distinciones sobre el ser, el hacer, el lenguaje, la emocionalidad, el cuerpo y el poder personal, entre otras; en consecuencia, el participante no solo aprende, sino que se transforma, dado que lo que puede distinguir, lo puede elegir.

Ejemplos de distinciones poderosas:

Concepto tradicional

Distinción ontológica

Éxito

Logro con propósito y coherencia

Comunicación

Interpretación y escucha activa

Liderazgo

Conversaciones que generan futuro

Cambio

Transformación desde el ser

Tiempo

Promesas cumplidas o postergadas

Una invitación final:

Si estás en un momento de vida en el que sabes que requieres cambiar algo, pero no sabes qué o cómo, quizás no es un tema de falta de voluntad y sí de incorporar nuevas distinciones, las mismas que, una vez que lleguen a tu vida, lo transformarán todo. ¡Nada volverá a ser igual!

¿Te animas a mirar el mundo con otros ojos?

Te esperamos.

Jorge Ramadan
Director Académico

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