El valor de la vida: Una mirada desde el coaching ontológico

Hoy, 10 de septiembre, el mundo conmemora el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Una fecha que nos invita a detenernos, respirar y reconocer una realidad silenciosa: Hay quienes cada día sienten que la vida ha perdido sentido, que su dolor pesa más que sus fuerzas y que la esperanza se les escapa entre los dedos.

Reconozcamos que hablar de suicidio nunca es fácil; sin embargo, es necesario no solo porque el silencio muchas veces ahoga más que las propias palabras, sino también porque reconocer la vulnerabilidad es abrir la puerta a la posibilidad de transformar.

En Mêtha creemos profundamente que cada vida tiene un valor infinito y que incluso en los momentos más oscuros, es posible encontrar una chispa de luz que nos devuelva la dirección.

El peso invisible que cargamos

La neurociencia enseña que el cerebro está diseñado para sobrevivir, pero no necesariamente para ser feliz. Cuando las emociones negativas como el miedo, la culpa o la desesperanza se prolongan en el tiempo, el cerebro empieza a crear circuitos de pensamiento recurrentes, que se refuerzan una y otra vez. Es como si la mente nos atrapara en una jaula invisible, repitiéndonos que no hay salida.

Desde el coaching ontológico, entendemos que este sufrimiento no solo está en lo que sentimos, sino también en el lenguaje con el que nos hablamos a nosotros mismos y en la forma en que nuestro cuerpo lo sostiene. El “no puedo”, el “no valgo”, el “no tiene sentido”, se vuelven declaraciones que, aunque no sean verdad absoluta, terminan moldeando la realidad.

Y claro, nadie está exento de atravesar estos estados; por lo tanto, un cambio inesperado, una pérdida o un vacío existencial nos llevan a sentir que todo se desmorona y en medio de ese torbellino, lo más difícil suele ser pedir apoyo.

Una mirada desde el SER

Aquí es donde Alma Training cobra vida. Nuestro entrenamiento no es una terapia ni pretende sustituir procesos clínicos; es más, honramos al máximo las profesiones dedicadas a tales ámbitos. No obstante, sí es un espacio de reencuentro con el SER, un lugar donde volvemos, tanto a mirarnos con compasión, como a descubrir que dentro de nosotros sigue habiendo fuerza, amor y propósito.

El coaching ontológico enseña que somos seres lingüísticos, emocionales y corporales; por lo tanto, cuando trabajamos estas tres dimensiones, abrimos posibilidades nuevas:

  • En el lenguaje: Dejamos de repetir historias de carencia y comenzamos a declarar futuros posibles.
  • En las emociones: Aprendemos a transitar la tristeza, el miedo y la rabia, sin quedarnos atrapados en ellas.
  • En el cuerpo: Liberamos tensiones, aprendemos a habitarlo, a escucharlo como un mapa que nos muestra lo que aún no hemos dicho con palabras.

Desde esta mirada, incluso el dolor más profundo puede resignificarse. No desaparece mágicamente, pero deja de ser un enemigo y empieza a mostrarnos el camino hacia la transformación. ¡Que no se mal interprete!

Historias de transformación

En cada ciclo de entrenamiento he visto lo mismo: Personas que llegan con el brillo apagado, con preguntas existenciales, con la sensación de estar sin rumbo, en mayor o menor grado. También cómo, a través del entrenamiento, ese brillo regresa. He sido testigo de lágrimas que se transforman en sonrisas, de abrazos que sanan viejas heridas, de silencios que se convierten en declaraciones de futuro.

Y no, no se trata de fórmulas mágicas. Sí de abrir un espacio donde las personas se permiten volver a creer en sí mismas, donde recuerdan que no están solas y que, aunque el dolor exista, también existe el amor, la conexión y la posibilidad de escribir una nueva historia.

Un mensaje de esperanza

Si hoy estás leyendo esto y sientes que tu vida pesa demasiado, quiero decirte algo con toda claridad: No estás solo, no estás sola. Hablar de lo que sientes no es debilidad, es valentía, así como reconocer que necesitas apoyo no es rendirse, sino que es abrir la puerta a que otros caminen contigo.

El suicidio nunca es la única opción, aunque la mente te lleve a creerlo. Siempre hay caminos, siempre hay alguien dispuesto a escucharte, siempre hay un propósito esperando por ti.

Y si eres alguien que tiene a un amigo, un hermano, un colega que parece estar en silencio demasiado tiempo atrévete a tender la mano, a preguntar cómo está de verdad, a recordarle que su vida importa. O quizás eres tú mismo quien lo requiere.

Desde Mêtha, un compromiso

No pretendemos tener todas las respuestas, pero sí abrimos un espacio donde puedes reencontrarte contigo mismo, con tu fuerza, con tu propósito y con esa chispa de vida que nunca desaparece del todo.

Nuestro compromiso es seguir siendo un lugar de acompañamiento y transformación, no solo en este día, sino cada día. Porque creemos que la vida es un regalo y que vale la pena defenderla, cuidarla y celebrarla.

Hoy, en el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, queremos recordarte algo simple pero profundo: Tu vida tiene valor, tu historia importa, tu SER merece ser vivido en plenitud.

Si en algún momento necesitas un espacio de escucha, apoyo o simplemente una conversación que te recuerde lo que aún es posible, estamos aquí. Alma Training es un camino, no el único, pero sí uno que abre puertas hacia la esperanza.

La vida, con todo y sus sombras, sigue siendo un milagro. Y siempre hay una luz que puede volver a encenderse.

Jorge Ramadan
Director Académico

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1 comentario en “El valor de la vida: Una mirada desde el coaching ontológico”

  1. Cada palabra de apoyo es un puente hacia la esperanza. Escuchar, acompañar y validar lo que siente el otro puede marcar la diferencia entre la oscuridad y la posibilidad de seguir adelante.

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